La adquisición previa de estos conocimientos es de suma importancia para el buen entendimiento de las obligaciones que estará dispuesto a aceptar al momento de solicitar su admisión a la Orden. Préstele la debida atención y estudie cuidadosamente su contenido.
El simbolismo alcanza un alto grado de desarrollo en la Masonería y en gran parte es la esencia de su universalidad. Los hombres de lenguas distintas pueden encontrar tropiezos para entenderse, pero el simbolismo facilita el entendimiento sin recurrir a la palabra hablada. El simbolismo, es el medio más efectivo con el cual la Masonería lucha por unir a todos los hombres.
El simbolismo en la Masonería se ocupa de los valores intelectuales, morales y espirituales de la vida. Los Grados Masónicos no son hechos frívolos ni ligeros. Cada paso de la carrera Masónica tiene un significado profundo. Recibirá amplia satisfacción por el estudio de estos principios y por la aplicación que de ellos haga en su vida diaria.
La Masonería, en sentido simbólico, levanta un Templo al perfeccionamiento moral de la Humanidad. Para esta obra de fraternidad universal, admite en su seno, sin distinción de nacionalidad, raza, creencia religiosa etc., a todos los hombres LIBRES Y DE BUENAS COSTUMBRES que se sientan atraídos por este ideal y estén dispuestos a servirle con rectitud de propósitos, claridad, serenidad de juicio y pureza de ideales.
La Masonería no quiere fanáticos, ni sectarios de ninguna clase, sino espíritus libres y comprensivos que no olviden nunca la tolerancia y el amor fraternal que se deben todos los hombres.
La Masonería proclama la existencia de un Principio Creador al cual llama Gran Arquitecto del Universo, dejando a sus miembros la absoluta libertad para dar a esta Primera Causa el nombre, y para asignarle los atributos que correspondan a la creencia religiosa que profesen.
La Masonería no cree posible el progreso si no es a base del respeto a la personalidad, la justicia social y la más estrecha solidaridad entre los hombres. Consecuentemente la Masonería, sin inscribirse en ningún sector político, ostenta el lema de Libertad, Igualdad y Fraternidad. He ahí lo que la Francmasonería adopta y quiere hacer adoptar a los que deseen pertenecer a la familia Masónica.
Para elevar al hombre ante sus propios ojos, para hacerle digno de su misión en la tierra, la Masonería sostiene un principio que el CREADOR SUPREMO ha dado al hombre como el bien más precioso: la LIBERTAD. La libertad, patrimonio de la humanidad entera, que nadie tiene el derecho de apagar ni amortiguar, y que es el origen de los sentimientos del Honor y de la Dignidad.
La Masonería exige a sus integrantes conservar, aún con sacrificio de su parte, la ARMONÍA y FRATERNIDAD que deben reinar entre los miembros de la Gran Familia Masónica, y poner cuantos medios justos, prudentes, honrados y eficaces estén a su alcance, para evitar cualquier mal a la Orden Masónica, a sus Hermanos o sus semejantes; rendir culto al Bien y a la Verdad y sacrificarse abnegadamente por el Deber y por su Patria. Por ello no admite sino a hombres de honor y probidad, independientes y con entereza de carácter a toda prueba.
La Masonería, para llevar a feliz término sus ideales, impone a sus miembros “El riguroso secreto en la labor, que es el tradicional auxiliar de la Institución; la prudencia en el obrar, que es garantía del acierto; la edificación por el ejemplo, que es fuerza moral por excelencia; el desinterés en las acciones, que es germen de prestigio; la abnegación personal, que centuplica el poder de las ideas; la discreta propaganda, que es fertilísima simiente; la perseverancia, que es augurio del buen éxito”.
La aceptación de los postulados anteriores indica que ha comprendido la importancia de los compromisos que podría contraer. Debe acercarse a la Masonería con mente limpia, libre de prejuicios y dispuesta a recibir sus enseñanzas. A medida que progrese, deberá tratar de interpretar por su propia cuenta todo aquello que observe. Lo que sea difícil de entender debe constituir un reto a su inquietud hasta hallar el verdadero significado, ya que todo en la Institución tiene un valor preciso.
El ingreso a la Masonería es una determinación que requiere meditarse y no debe acometerse en forma precipitada, imprudente o por presiones extrañas. Desde el momento mismo de cruzar el umbral de la Logia Masónica, consciente de la seriedad de ese acto, este recinto debe convertirse en un LUGAR SAGRADO para usted.
Si insiste en ello, y en consecuencia es propuesto para su admisión entre nosotros, antes de ser recibido tendremos la obligación de investigar y adquirir informes exactos respecto a usted, pues no nos basta la aparente honorabilidad de un solicitante.
Para evitaros un paso en falso y para que en ningún momento se sienta engañado, es nuestro deber hablarle personalmente y con franqueza, antes de ser propuesto en nuestra Logia y fije la atención sobre los siguientes puntos:
.·. La Masonería es ante todo una Institución organizada con fines de moralidad absoluta sobre bases humanitarias y científicas, desposeídas de toda fuerza dogmática, es decir que la bondad o maldad, lo lícito o ilícito, lo moral o inmoral de los actos humanos, está en la naturaleza propia de esos actos, que la Razón analiza libre de la presión de toda imposición sectaria. Reconoce la existencia de un Ser Supremo, y a nadie rechaza por sus creencias u opiniones religiosas o políticas.
.·. Si cree que en la Masonería obtendrá ventajas, ya en lo que se refiere a posición civil, ya en lo referente a relaciones personales y de negocios que puedan servir para realizar proyectos ambiciosos, hará bien en desistir de ese propósito, porque en el seno de ella no hallará nunca tales ventajas.
.·. Si cree no ser capaz de olvidar y dejar de lado para siempre las diferencias que traen consigo en la vida la lucha entre los hombres por la posición social, el capital, la capacidad intelectual, etc., deseche el deseo de ser Masón, pues no se hallará a gusto en nuestras reuniones.
.·. Si cree que nosotros trabajamos por la destrucción o aniquilamiento de las relaciones civiles y que nuestras tendencias son hacia una Libertad e Igualdad quiméricas, que no son buenas ni posibles, o que rendimos culto a una desconsoladora indiferencia, sobre tan importantes materias, también hará bien en abandonar la determinación de ingresar a la Masonería, porque tales ideas o esperanzas no hallarán cabida en la Institución.
.·. Si su solicitud es motivada únicamente por la curiosidad, o el deseo de ensanchar el círculo social, le suplicamos que desista de ella porque se equivocaría en el modo de realizar su intención. La mera curiosidad no conduce a la posesión de los misterios de la Masonería. Y aquel otro fin social, podrá realizarlo en muchas otras asociaciones con evidente facilidad.